jueves, 21 de abril de 2011

En castellano, también, porque es de ley


Hace ya algunos años la Asociación por la Tolerancia inició la campaña denominada “En castellano, también, por favor”. El título de esa campaña y el nombre de la asociación invitaba a que la sociedad catalana percibiera esa campaña desde su cara más amable. No se pretendía crispar la situación. Se pretendía llamar la atención sobre la marginación a la que se iba relegando la lengua castellana en Cataluña.

Mucho ha llovido desde aquellos años y no sólo no se ha rectificado sino que la ofensiva del catalanismo político se ha recrudecido. Hoy hemos de contemplar cómo Jordi Hereu, alcalde de Barcelona, ha decidido recurrir la suspensión cautelar que ha dictado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña de algunos artículos del Reglamento de Uso de la Lengua Catalana del Ayuntamiento de Barcelona. Es decir mantiene la actitud de “sostenella y no enmendalla”.

Por si no sobraran ejemplos, el catalanismo político, doctrina en la que se sitúa el alcalde Hereu y la totalidad de su partido, nos ofrece una demostración más de que no van a dar su brazo a torcer en el empeño de eliminar la lengua castellana--común española--del espacio público en Cataluña.

El catalanismo político ha iniciado una estrategia claramente insurreccional. Ni ha aceptado la sentencia del Tribunal Constitucional, ni acepta la decisión del Tribunal catalán. En Cataluña el estado de derecho se viene abajo.

Abandonados también por los distintos Gobiernos de la Nación, que a lo largo de estos años han doblado su rodilla ante las exigencias de los nacionalismos excluyentes; a los ciudadanos de Cataluña--y en concreto en este caso a los de Barcelona--sólo nos queda la posibilidad de la defensa individual, mientras no consigamos introducir en las instituciones democráticas de representación política aquellas fuerzas políticas que, como UPyD, reflejen y representen nuestros intereses.

Mientras la fuerza de los votos no lo hagan posible, la única alternativa será elevar una instancia a los distintos defensores del  pueblo: el municipal, el autonómico y el nacional, en solicitud de defensa de nuestros derechos. Es más sencillo y más eficaz votar.

lunes, 11 de abril de 2011

La Cataluña arrebatada


La escena final de la mascarda de referéndum ha culminado en Barcelona. Las expectativas de los promotores, al parecer, han sido ampliamente superadas. Sin duda la participación en pleno del Gobierno de la Generalidad, la del expresidente Jordi Pujol y la de significados miembros del anterior gobierno del tripartito han influido en este resultado.

Imagínense Vds. un referéndum organizado por una serie de entidades de ámbito nacional español—todas ellas subvencionadas indirectamente por el Gobierno—que propongan la pregunta de si se está de acuerdo en disolver el régimen autonómico español. Obviamente el referéndum o consulta no es vinculante; pero en el mismo participan todos los miembros del Gobierno español haciendo ostentación del sí.

Imagínense, entre mucho ja ja ja, ji ji ji, que estos miembros del Gobierno dicen que esto no lo van a proponer formalmente en el Congreso de los Diputados pero que “comprenden” a los que lo plantean. Y no sólo eso sino que, según vayan las cosas, puede que algún día lo planteen.

Imagínense que a su lado el principal partido de la oposición, en un acto de “responsabilidad y coherencia” afee esa postura porque al día siguiente el Gobierno se niega a aprobar una iniciativa parlamentaria que da cumplimiento a lo votado en ese referéndum por el Gobierno.

¿Se lo imaginan por un momento? Sólo de pensarlo se me ponen los pelos de punta. Pues bueno, en Cataluña esto pasa y no pasa nada. ¡Qué ridículo de país! ¡Si Tarradellas levantara la cabeza!.

Ridiculizar la democracia, devaluarla, hacer mofa de ella, caricaturizarla. La política-basura ha empezado, aquí hay tomate; esa boda se veía venir. Lo importante es distraer la atención. Nada bueno saldrá de esto. ¿Sabrá reaccionar la sociedad?

sábado, 9 de abril de 2011

El referendum: una iniciativa indigna


La estrategia insurreccional del catalanismo político sigue su curso. Mañana día 10 el referéndum bufo se celebrará en Barcelona como un acto más de esa estrategia. Este remedo de referéndum constituye un insulto a la inteligencia, un desprecio al estado de derecho y un acto sacrílego contra la democracia. Estamos ante un claro ejemplo de cómo una privilegiada minoría vanguardista resuelta, que controla los puntos clave de una sociedad por su posición oligárquica, es capaz de impulsar un cambio político y sociológico.

Esta mascarada en la que no han dudado en participar el ex presidente Pujol y el propio presidente de la Generalidad junto a sus consejeros, dinamita la dignidad de las instituciones de autogobierno catalán. En Cataluña, entre “cimeras” y “referéndums callejeros” se inaugura un nuevo modelo de bullangas desestabilizadoras de funesto recuerdo.

Frente a esta ofensiva ni PP ni PSOE son capaces de reaccionar. La tesis del apaciguamiento sigue instalada de hecho en los supuestos partidos nacionales. Cuando menos se lo esperen el Parlamento catalán declarará en virtud de su soberanía la independencia. Están trabajando activamente para ello. La actual crisis económica al final será el medio a través del cual la industria catalana dejará de ser cautiva del mercado español; es el reto que el catalanismo político se han planteado: un modelo productivo intensivo en capital que creará empleo sólo para los cachorros del catalanismo y que condenará al paro estructural a amplios sectores del mundo obrero catalán, precisamente el sector social que le ha permitido alcanzar la acumulación de capital necesario para cortar el cordón umbilical con el ser que le dio vida.

La historia se repite: el catalanismo, una vez obtenidos los beneficios de su parasitismo con España, se desentiende de ésta en sus momentos más críticos. Pasó en 1898 con el fin de la economía colonial y puede pasar ahora otra vez con el fin de la economía manufacturera y del ladrillo.

La única solución posible para parar los pies a esta aventura es la consolidación de una fuerza política que, con vocación de alternativa al sistema bipartidista español, cautivo del juego de bisagra de los partidos nacionalistas, pueda, a corto plazo, mientras se consolida como alternativa, sustituir a los partidos nacionalistas como árbitros del equilibrio político en el Congreso de los Diputados.

No se puede esperar en España una solución a la vasca: un gobierno de concentración nacional. Tampoco se puede esperar, habida cuenta de la experiencia, un pacto de Estado entre las dos grandes fuerzas. Es necesario que desde la sociedad española emerja un sector social que se aglutine políticamente para jugar el papel de árbitro.

UPyD es la fuerza política mejor posicionada para dirigir este proceso. Las próximas elecciones municipales y autonómicas en España ofrecen la ocasión para consolidar la implantación necesaria para acometer con éxito las próximas elecciones generales. Es la hora de construir organización y hacer el rodaje de sus estructuras.

domingo, 3 de abril de 2011

Desde Vistalegre

Se acaba de celebrar en Vistalegre un encuentro de todos aquellos que creemos que es posible regenerar la política española. Para los que vinimos de Cataluña este acto ha tenido una segunda significación: la constancia de que en España hay una fuerza política de progreso que cree en lo que nos une, que cree en lo que compartimos y que cree que lo que nos une y compartimos tiene futuro.

Por ello hoy quiero enviar desde aquí un mensaje de agradecimiento a todos los que asistieron, por participar en la constitución de este partido, por participar en este proyecto, un proyecto inequívocamente nacional como le gusta afirmar a nuestra portavoz Rosa Diez. Y os damos las gracias porque los ciudadanos de Barcelona y por extensión la mayoría de los ciudadanos de Cataluña os necesitamos.

Muchos ciudadanos catalanes necesitamos que desde la sociedad española emerja una fuerza política organizada que ponga fin al vergonzoso fulaneo que concitan con los dos partidos nacionales unas fuerzas políticas que no sólo no creen en España, nuestro proyecto común, sino que le han puesto fecha de caducidad. Unas fuerzas políticas que ahora van, por un lado por las esquinas y calles de Cataluña clamando por una independencia, mientras que por el otro mercadean con su voto para condicionar al gobierno español.

Unas fuerzas políticas que en Cataluña pretende excluir de la participación en la vida institucional, de la participación en la vida social, de la participación política, cultural y económica a aquellos sectores que deseamos mantener vivos nuestros vínculos  con el resto de la sociedad española de la cual provenimos.

Queremos aprovechar esta ocasión para dejar constancia que nuestro compromiso con UPyD no es para alcanzar vuestra protección a la luz de la precaria situación en la que en Cataluña estamos, no venimos a pedir la protección que sí pidió el catalanismo en su memorial de agravios en 1885 al rey Alfonso XII frente a las importaciones inglesas. No venimos a pedir la protección que sí agradeció el catalanismo burgués a Primo de Rivera cuando el pistolerismo amenazaba sus vidas. No venimos a pedir la protección que sí pidieron los propietarios de Cataluña a Franco cuando la Generalidad republicana colectivizó empresas y tierras.

Venimos a pediros que desde esta fuerza política emergente que va a empezar sus primeros pasos en la política local vuestro comportamiento ejemplar nos llene de razón y por ello de legítimo orgullo. Como bien ha dicho Albert Boadella en su comunicado se trata de actuar con ética y sentido común. Como ha dicho Fernando Iwasaki se trata de actuar con rectitud, decencia y honestidad.

Que vuestro comportamiento como políticos por ajustado a derecho, por sereno, por racional, por creativo, por generoso, por diligente, por comprometido, nos llene de orgullo ante quienes bajo la escusa de victimismo quieren erigir un muro en el propio seno de nuestra comunidad. Sólo así podremos crecer en Cataluña.

Os necesitamos, no nos falléis.