lunes, 11 de abril de 2011

La Cataluña arrebatada


La escena final de la mascarda de referéndum ha culminado en Barcelona. Las expectativas de los promotores, al parecer, han sido ampliamente superadas. Sin duda la participación en pleno del Gobierno de la Generalidad, la del expresidente Jordi Pujol y la de significados miembros del anterior gobierno del tripartito han influido en este resultado.

Imagínense Vds. un referéndum organizado por una serie de entidades de ámbito nacional español—todas ellas subvencionadas indirectamente por el Gobierno—que propongan la pregunta de si se está de acuerdo en disolver el régimen autonómico español. Obviamente el referéndum o consulta no es vinculante; pero en el mismo participan todos los miembros del Gobierno español haciendo ostentación del sí.

Imagínense, entre mucho ja ja ja, ji ji ji, que estos miembros del Gobierno dicen que esto no lo van a proponer formalmente en el Congreso de los Diputados pero que “comprenden” a los que lo plantean. Y no sólo eso sino que, según vayan las cosas, puede que algún día lo planteen.

Imagínense que a su lado el principal partido de la oposición, en un acto de “responsabilidad y coherencia” afee esa postura porque al día siguiente el Gobierno se niega a aprobar una iniciativa parlamentaria que da cumplimiento a lo votado en ese referéndum por el Gobierno.

¿Se lo imaginan por un momento? Sólo de pensarlo se me ponen los pelos de punta. Pues bueno, en Cataluña esto pasa y no pasa nada. ¡Qué ridículo de país! ¡Si Tarradellas levantara la cabeza!.

Ridiculizar la democracia, devaluarla, hacer mofa de ella, caricaturizarla. La política-basura ha empezado, aquí hay tomate; esa boda se veía venir. Lo importante es distraer la atención. Nada bueno saldrá de esto. ¿Sabrá reaccionar la sociedad?

1 comentario:

  1. El sentido del ridí-culo no existe en la subclase política nacionalista...

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