domingo, 8 de mayo de 2011

Barcelona: Ciudad abierta o capital nacional

Es el momento oportuno de replantearse a fondo el modelo de futuro de Barcelona. La crisis amenaza pero también da oportunidades para acometer nuevas experiencias.

Un largo ciclo se ha cerrado. Todo parece que políticamente también. Barcelona ha cambiado mucho, es una ciudad moderna con una situación privilegiada que la hace muy atractiva para que la gente viva en ella.

Un dilema se le presenta ahora cuya resolución condicionará fuertemente su futuro. ¿Desea Barcelona ser una capital nacional o, por el contrario, prefiere las oportunidades que ofrece ser una ciudad nacionalmente abierta?

Como capital nacional, dado los límites demográficos y naturales que tiene (mar, montaña, municipio pequeño) se transformará en una ciudad burocrática de funcionarios. Probablemente con una identidad muy marcada pero que, en el mejor de los casos, derivará seguramente sólo en un intenso tipismo de, lógicamente, rentabilidad turística pero, sin duda, limitada.

Como capital abierta, atractiva a cualquier iniciativa que implique un desarrollo estratégico bien encajado en las aspiraciones de sus ciudadanos, sus posibilidades serán mucho más amplias. Esta alternativa requiere externalizar aquellas funciones de administración nacional que, por sus características, puedan resultar más eficientes concentradas en instituciones y ámbitos especializados. Se trataría de subcontratarlo bien.

Esta decisión estratégica es importante, quizás la más importante que tenemos que tomar los ciudadanos de Barcelona. UPyD está a favor de una ciudad abierta para poder recuperar la capacidad emprendedora y creadora de riqueza que nunca debimos de perder y, por ello, preferimos que algunas competencias vuelvan a ser de responsabilidad del Estado. Por interés.

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